El secreto de la mariposa azul

Hoy es domingo de Ramos y llegó la primavera florencen ya los naranjos en mi Jerez cofradiera. Reestreno túnica negra capirote, esparto y cera, hoy me siento esposa, madre, hermana, hija y nazarena. Siete dolores clavados llevas tú por centinelas, con mí penitencia Madre curartelos yo quisiera. Y si no puedo curarte con penitencia certera, déjame que yo te cante versandote en duermevelas. Y sí versando no logro sanarte lo que quisiera llévame contigo al cielo en una chicotá eterna. Cuando de regreso vuelvas hacía tu plaza que estrenas yo me hallaré en tu morada implorando a boca llena. Madre gracias por tu auxilio gracias por curar duquelas, de ésta que encontró el amor y que grita SOY DE ELLA.

Tristeza se ve en su rostro dolor pena y sufrimiento y en el regazo, doliente lleva sola a su hijo muerto. Llevada por costaleros hijos de otros que lo fueron este Domingo de Ramos saldrás del humilladero. Poco a poco, paso a paso caminando por derecho barco de éxodo penando cruzando por el estrecho. Penitencia de la madre resiliencia en vida eterna ojos miel que beben lágrimas manos blancas, rojas, negras... Hijo que lleva su sangre Madre de todos es Ella de los que nunca llegaron de los que llegan y penan. Uno a uno desfilando van desbordando condenas a los pies de la Señora de  Angustias la Madre pena.