El secreto de la mariposa azul

Que poquito queda Madre Para sentirme una vela De ése barco en el que meces A él redentor de la tierra... Clavados llevó en mí pecho Los dolores que sufrieras Al ver como lo bajaban De aquella Cruz de madera... Ayúdame Madre mía Protegeme cuánto puedas Soy capitana de un barco Cargadito de quimeras... Contigo quiero surcar Mares de mis entretelas Y de tú mano me lleves A un cielo lleno de estrellas... Muy cerquita de tú pecho Guardadito tú lo llevas Un tulipán florecido Que simboliza la espera... A tí encomiendo el Alma Por tí despliego la vela En tí sólo hay esperanza De tí somos en la espera... Un niño te ha prometido Que si su madre no tiembla Hará todo el recorrido Cumpliendo con su promesa... Bendita sea su pureza Dichosa inocencia eterna El te pide por su madre Y por aquellos que esperan... Quizás su sueño se cumpla Tal vez termine la espera Yo estaré siempre aquí madre Siempre por siempre a tu vera... Feliz Domingo de Ramos.

Todo empezó un día que estándo  en clase de baile noté como un calambre recorría mi cuerpo desde la nuca hasta el final de la espalda. Sentí como mi lado izquierdo no era dueño de sus movimientos y me quedé paralizada. Desde aquel momento estuve 4 años sufriendo en silencio un deterioro físico progresivo que me hacía tener un miedo horrible, mientras, iba de médico en médico y nadie se percataba de nada, ni mi propia familia, hasta que un día apareció el temblor. Aquella mañana que entre por la puerta de la consulta de la neuróloga, sólo verme me hizo andar y sin dudarlo me dijo: ¡siento decirtelo pero tú tienes Parkinson! Me enfadé muchísimo, le contesté que no podía ser, que era una enfermedad de gente mayor pero por un momento me sentí aliviada, porque después de 4 años sin saber que me estaba sucediendo, ya podía ponerle nombre, aunque fue muy duro aceptarlo y de hecho tengo que decir, que lo tengo que aceptar cada día desde que me levanto. Empecé a mirar internet y todo lo q