Las fortalezas de la vida.

Estás lleno de vida, llegaste a la mía en el momento que menos podía esperar y con ello me generaste una de las mayores sensación de plenitud que puede sentir una mujer: volver a crear una vida dentro de mí. Desde entonces, fueron muchas las noches en duermevela como ésta en la que te escribo, las que pasé por tí, acechando al infortunio que osara lastimar a tu pequeño cuerpecito.

Fiebres, cólicos, asma, miedos y temores varios, me hicieron y me hacen de vez en cuando tener que levantarme de la cama adormilada y según la hora en off, aunque este último no se manifiesta, cuando de salir en tú ayuda sé trata. Los milagros del instinto maternal, supongo. Desde que naciste, nunca he temido por ti,ni por tu integridad física,ni por tu vida...

Ni siquiera el día que cogistes mi pastillero e ingeriste stalevo y rivotril, dos medicamentos para el Parkinson que a mí me dan la vida y a tí te la podían haber quitado. Gracias a Dios y a mí pronta respuesta no te quedaron secuelas de aquello, algo que no me hubiese perdonado jamás. Ahora estoy aquí, junto a tú cama de madrugada, viéndote dormido desde hace un ratito, pues la fiebre de nuevo te está incomodando.

Te miro y es inevitable el recuerdo del miedo tan grande que me inundó mientras esperábamos en la puerta de quirófano hace tres días. Más de hora y media para la realización de una amigdalectomia, adenoidectomia y drenaje de oídos, es mucho tiempo y llegue a sentir que no volvía a ver tus ojitos azules. Nunca tuve esta terrible sensación que no le deseo a nadie y me consta que no la tuve solo yo. El Parkinson me 'premió' con un aumento de dos cualidades o dones y mí sensibilidad e intuición se hacen notablemente certeras, no se si a alguien más le pasa algo similar. 

Creo firmemente que ese riesgo existió y de algún modo se manifiesto en algún otro espacio del tiempo, y Dios al que me encomendé confiando en su infinita misericordia, intercedió. El me dio la templanza y la fuerza de poder calmarte, tras la llamada impaciente de la cirujana, que no podía controlar junto a tres personas más tu exacerbado y descontrolado comportamiento bajo el efecto aún de la anestesia. De nuevo mi alma se iluminó, cuando entré en la sala de reanimación y te vi, a pesar de tu estado bajo los efectos de la anestesia y tu carita manchada de sangre, respiré de nuevo.

Eres un niño muy inteligente, generoso y divertido, con esa nariz de payaso te has reido olvidando tu dolor. Te das cuenta de todo, sabes ver el esfuerzo que hago por ti y tus gesto y palabras de agradecimiento cuando te estoy cuidando me llegan al alma. Gracias a Dios estás bien, gracias a Dios tengo fuerzas para estar aquí contigo cuidándote, gracias a Dios tienes una hermana maravillosa que da la vida por ti, Gracias a Dios por darme un compañero de viaje en la vida, que cuida de ti como un padre. Muy pronto nos iremos a casa,y te tendremos de nuevo dando saltos en el sofá. Dios es misericordioso, grande y poderoso y está en todos y cada uno de los que en el creemos y confiamos plenamente.

Me siento muy afortunada y orgullosa de haber sido y ser la persona más importante en la vida de cada uno de mis hijos 'SU MADRE' lo que me da derecho a negar la imposición de medallas a quien no se las merezca. El amor y el cariño ni se compran ni se venden. Solo la dedicación, el esfuerzo y el tiempo que le dedicamos a los seres que amamos y apreciamos, es lo que nos hace ser merecedores del amor de ellos.
Te quiero mi niño lindo de ojazos azules. Que Dios te bendiga, te guarde y proteja siempre. Amén




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