EL QUE CORONA.

Y de pronto un día, como si de una novela de Saramago se tratara, se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras, se quebraron por unas gotitas de saliva. Hubo equidad en el contagio que se repetía igual para ricos y pobres. Las potencias que se sentían infalibles vieron como se puede caer ante un abrazo, ante un beso. Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante y entonces, una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente qué cualquier otra cosa. Se apagaron luces en los estadios, se anularon conciertos,se pararon los rodajes de películas,las misas y los encuentros masivos,se cerraron los colegios,nos confinamos para evitar los contagios. Y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, para esperar en casa a que lleguen todos los que han tenido que salir, para reunirnos unos frente a otros en la mesa, para llamarnos por teléfono, p...