La última vida que dura un segundo

De momento te sentarás encima de la cama que te violenta todos los sueños y no contarás los segundos que te hacen falta para levantarte.

Olvidarás que no tienes ganas de escalar las horas. No contestarás ningún whastsapp, ningún correo, te morderás la lengua y no dirás que no se te enamoren tanto y te amen algo más...

No harás ningún juicio, ni te contarás las imperfecciones, que hoy no es día de buscarte los ojos en el cristal de los escaparates. Pues nada más lejos de ver luz en ellos, veras sombras.

De momento aceptarás que los vacíos, esta noche, te ocupan algo más de espacio, algo más que las caricias, que las complicidades, que las horas de sonrisas, tras una cena y un baile que le da vida!

De aquellas conversaciones ante cualquier anochecer, sentados en el sofá, amantes de palabras con alma y sensibilidad, antes de que el frío saque la nariz por todas las calles de la ciudad.

De momento te encerrarás en la cocina como si el mundo quisiera detenerse antes de. Cómo si no fuera ella la arena resbaladiza que te araña el pecho esta mañana de cielo limpio.

De momento saldrás de casa como sí quisieras salir de casa, recibirás el sol y el cielo como si los pudieras recibir, subirás las escaleras que van al cielo como si quisieras subirlas. Respirarás como si no supieras y te tuvieras que concentrar mucho en ello.

Que este momento de hoy será imborrable, Que los recuerdos  volverán a la tierra dejarán espacio en el cuerpo y en los sueños. Que llorarla hoy contigo, cerca, es amarla cómo ella merece.

Que además de esta vida me dio la tuya, la suya, para que nos acompañáramos siempre que tuviéramos que volver a atravesar océanos de nuevo...

Salvaremos este andando encima del agua, y volveremos a creer en los milagros, en la risa que vuelve, en la pena que huye, en el deseo impaciente de volver a ser ahora.

Te permitirás un momento para detenerte y dejar caer los brazos, las armas, el deseo voraz, la melancolía que sigue componiendo la sinfonía de batallas de tu corazón, las lágrimas y todo aquello que necesitas y no tienes.

Hoy por un segundo serás capaz de ver todo aquello que tienes pero no necesitas. Y, de momento, no te hará falta nada más para sonreirle a la vida... Un segundo!  y mañana otro segundo, hasta que consigas volver a amarla ...


Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Mientras tanto verte volar así por estas líneas con las alas de tus palabras, tan grácil y decididamente, me emociona!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Carta a mi hermana mayor en su 50 cumpleaños.

La Máscara.

Soltar no duele...