Mirar para poder ver


La parroquia de San Miguel, constituye uno de los tesoros de la arquitectura jerezana, ubicada en el barrio más dinámico de la ciudad, está considerada junto con Santiago, como uno de los máximos exponentes de la arquitectura religiosa de extramuros.

Me siento privilegiada pues de un tiempo acá, tengo la gran suerte de poder contemplar cada día la belleza y la riqueza arquitectónica de este templo. Llego a  quedarme embobada a mi regreso por calle Santa Cecilia hacia casa, me detengo inconscientemente y a poco que alzo mi mirada consciente, descubro un nuevo detalle que me lleva a agradecer al Padre por tal privilegio que me otorga.

Después de volver del Camino de Santiago, en el que tubimos la necesidad diaria de encontrarnos con algún templo donde reponer fuerzas conectando con El Creador,  y a su vez, maravillarnos de la belleza de alguno de ellos y el abandono de otros, me doy cuenta de la riqueza arquitectónica que existe en nuestra ciudad y de lo poco valorada y porque no decirlo, explotada turisticamente que está.

Estoy empezando a ralentizar mi vida, a traer a ella lo mejor para mí y no es sólo en los momentos en los que el Parkinson me obliga a ello, es decisión propia, proveniente de ése Camino que inicié cuando alcanzados los 310 kilómetros llegamos a la Catedral de Santiago de Compostela y del que voy sacando frutos, pues mi alma construye en el...

Ahora, cada mañana, observo a la gente con la que me voy cruzando en mi camino de paso  y me percato de la necesidad de hacer camino que tienen algunos, ésos que son capaces de pasar por delante de una creación cómo esta y sólo se detienen para recoger la caca del perrito, que los acompañan, sin llamarles la atención la maravilla que tienen detrás.

El Camino me enseñó muchas cosas y la continuación de él en mí, me hace darme cuenta que no sirve de nada que Dios te haya bendecido con el sentido de la vista, si sólo sabes ver y no aprendistes a mirar...



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